jueves, 8 de septiembre de 2011

Bogart, el tierno hombre duro

Humphrey Bogart nació en 1899, siempre le hacían bromas diciéndole que era un hombre del siglo pasado. Convertido en un icono del cine clásico, fue el perfecto detective en el cine negro a la vez que un gran galán romántico.
La mayoría de veces interpretaba a personajes que guardaban algún secreto o que tenían alguna "herida abierta" que tenían que cerrar, personajes sufridores. Bogart tenía un extraño atractivo. Era un tierno hombre duro. Era el cine clásico.
En "Tener y no tener" conoció a la que se convertiría en su mujer hasta el día de su muerte: Lauren Bacall. Ella tenía 19 años y el 45. Tenían una química y complicidad en pantalla impresionante. Rodaron 4 películas juntos: "Tener y no tener", "La senda tenebrosa", "El sueño eterno" y "Cayo largo". Formaron una de las parejas más carismáticas del Hollywood clásico.
Al principio, dentro del Star System, los productores no sabían en que rol situar a Bogart. Funcionaba muy bien encarnando a detectives y/o delincuentes. Parecía que sus trabajos se limitarían al cine negro cuando el director Michael Curtiz le eligió para encarnar a Rick Blaine en "Casablanca", una elección que sorprendió a muchos. Desde entonces Bogart encarnó en más de una ocasión el rol de hombre duro con corazón (como en la película "Sabrina" de Billy Wilder).
El icono de Humphrey Bogart ha estado presente en la filmografía de los directores más cinéfilos. Por eso vemos como Jean Paul Belmondo se convierte en un moderno Bogart en la película de Jean Luc-Godard "Al final de la escapada" (1959) o como Woody Allen le pide consejos de seducción a un ficticio Bogart en "Sueños de un seductor" (1972)

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