miércoles, 6 de marzo de 2013

'EN BANDEJA DE PLATA' (The fortune cookie, 1966)

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La jugada ¿perfecta?


La mentira, el engaño, la falsa moral... Willie Gingrich (Walter Matthau) es un abogado sin escrúpulos que no duda en sacar partido de un desafortunado accidente deportivo. Esta es su oportunidad servida en bandeja de plata para estafar a las compañías de seguros. La víctima es su cuñado, Harry Hinkle (Jack Lemmon), un cámara de televisión que recibe un golpe en un partido. Hinkle será hospitalizado por una leve contusión, pero Gringrich lo convencerá para que exagere los síntomas, y así, poder reclamar una indemnización mayor. Gingrich está dispuesto a convertir al pringado de su cuñado en un hombre afortunado. ¿El motivo? Simple interés económico.

Hinkle parece que es el único al que le preocupan las posibles consecuencias de la estafa, no quiere formar parte del engaño hasta que recibe una llamada de Sandy, su ex-mujer. Hinkle sigue enamorado de ella y cuando ésta vuelve a mostrar interés por él, no duda en formar parte del juego. El interés de Willie y Sandy es meramente económico, mientras que a Hinkle solo le importa recuperar a su mujer. La humanidad de Harry es lo que amenaza la continuidad del plan.

Dos son las principales víctimas del frauce. La primera el mismo Harry Hinkle que se limita a ser una marioneta manejada por su cuñado. La segunda, Luther 'Boom-Boom' Jackson (Ron Rich). Jackson es el jugador de fútbol americano que golpeó a Hinkle. El jugador se siente culpable e intenta librarse de esa culpa ayudando a Hinkle en todo lo que puede, se convierte casi en su asistente, en su amigo y en su único apoyo verdadero. Desde el incidente, la exitosa carrera de Jackson se va derrumbando poco a poco y eso es algo que Harry no soporta. Una relación bastante curiosa.

Una genial comedia dirigida por Billy Wilder y protagonizada por uno de los mejores dúos que ha dado el cine y la comedia: Jack Lemmon y Walter Matthau. La química entre ambos es inmensa. Walter Matthau está sobresaliente en su papel de sinvergüenza. La película está separada en bloques que nos explican cada paso del plan, por lo que poco a poco vamos siendo participes de él. Los punzantes e ingeniosos diálogos dotan de un buen ritmo a la comedia, y pese a que quizá se podría haber atajado un poco para llegar al clímax de la película, funciona.

El final de la película es algo agridulce, tanto Hinkle como Jackson son víctimas, y nos preguntamos si dejarán de serlo.

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